Pasame una luz

En una materia que se llama Estado, Sistema y Poder Político hacemos un seguimiento de noticia donde tratamos de analizar el sesgo informativo, la línea editorial de los periódicos y las tendencias políticas que tienen. Así que sin más aquí se los dejo.

En esta ocasión los diarios que vamos a analizar son Milenio y La Crónica. La crónica un viejo conocido en estas notas comparativas, se ve cara a cara contra el proveniente de Monterrey Nuevo León.

Una grata sorpresa me llevé al leer al diario conducido por Carlos Marín (personaje cómico y contestatario, pero que en bastantes ocasiones no comparto su punto de vista), pensé en encontrarme con un periódico que apapachará los empresarios, apoyará al ejecutivo y estuviera en contra de la izquierda mexicana.

Tal vez así se conducen muchos columnistas y reporteros que ahí laboran, pero no todos, es grato observar un abanico tan amplio de distintos enfoques y opiniones, que no hacen sino engrandecer a un diario. La pluralidad y el enriquecerse de diversas opiniones son el mayor acierto de este periódico.

Ahora si, a entrar en materia. Desde mi seguimiento anterior, denotaba un cierto grado de nerviosismo político en torno al tema de LyFC, su sindicato y la relación del gobierno. Pues bien, el sábado en la noche se concretó la liquidación de la paraestatal, todo esto en un ambiente de euforia nacional por la calificación de México al mundial de futbol.

Me encontraba realizando una tarea cuando de repente, —otra vez— por twitter me percató de que mi timeline se empieza a llenar de gags y comentarios de LyFC. Esto me brinco un poco, ya que son pocas las personas que sigo y toman parte en el acontecer político. Así que durante la madrugada del domingo me dedique a buscar información de la repentina intervención de la PFP en las instalaciones de LyFC.

Eran pocos los medios que tenían en sus sitios en Internet información respecto al tema, así que pensé en dormir para en la mañana seguir informándome sobre esta abrupta decisión del ejecutivo.

Ya en la mañana del domingo sólo encontré unas pocas notas de esas que se elaboran al cierre de las ediciones. En el transcurso del día no hubo en la televisión cortes informativos (tan socorridos en noticias importantes) que informaran a la población sobre el tema. Que buena estrategia del gobierno —pensé—, en fin de semana, con la euforia por el pase al mundial y con una sociedad que no esta acostumbrada a buscar la información, sino a esperar a que le llegue. Y le llegó.

En los noticiarios nocturnos de Televisa y Tv Azteca empezaron las notas informando acerca de lo “insostenible de la empresa”, “los privilegios de los trabajadores de LyFC” y alabando la decisión de Felipe Calderón de liquidar a la empresa que le cuesta tanto a los mexicanos (sic).

Esa misma noche del domingo se fue la luz, un apagón de alrededor de diez minutos; mis vecinos salieron a ver que había pasado, pues cuando esto ocurría en mi casa siempre había un lugar (una secundaria) donde nunca se quedaba sin el abastecimiento de luz, pero en esta ocasión se fue toda. Al acercarnos mi —padre y yo— para comentarles de lo que había sucedido con la compañía de luz mostraron incredulidad, y dudaron acerca de la veracidad de nuestras palabras, pues no habían dicho nada en la tele. Excelente estrategia ¿no?

Después hubo un mensaje de Calderón, donde, como en todos los anuncios institucionales, se dijo hasta el hartazgo de los beneficios que esta medida traería a la nación, y bla bla bla.

Mis actividades del día lunes transcurrieron con normalidad, no encontré pancartas o movimiento especial en la facultad que hiciera referencia al hecho. Que raro, —pensé— dado que estamos en un lugar donde —en teoría— confluyen ideas y debemos estar informados del acontecer nacional.

Ya por la noche, me dispuse a ver los noticieros estelares del duopolio televisivo, sobre todo Hechos que es producido por la televisora del Ajusco. El tratamiento que se le dio a la noticia fue de satanizar a los trabajadores, al sindicato, a LyFC (como un ente autorregulado,que manejan los empleados a su beneficio). Nada más lejos de la realidad.

Es ahí cuando es mas que evidente el sesgo de la información, toda una estrategia meticulosamente elaborada para condicionar a la gente en torno a un tema; y con sondeos, reportajes especiales, encuestas y demás artimañas hacen que se modifique el sentir popular.

No digo que los empleados de LyFC sean unos santos, o que prestaban un excelente servicio. No. Yo mismo padecí malos tratos, cobros irregulares y demás situaciones que hacían odiar a la burocracia de LyFC. Pero de eso, a manipular la información para hacer creer a la población de que el sentir hacia este hecho es generalizado me parece detestable.

Más allá de si estamos en contra o a favor del movimiento del SME, debemos ser mas críticos hacia la información que nos dan. No hay que quedarnos con la primera lectura de un acontecimiento, ya que esta información —sin importar de donde venga— tiene una tendencia, es subjetiva, así que no debemos asumirla como la verdad absoluta.

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